Puerta del Ángel

Entre dos de los puntos clave para la limpieza del aire de la ciudad, la Casa de Campo y el recientemente remozado Madrid Río, Puerta del Ángel presume de pasado obrero y de un casticismo que exhibe con orgullo en la emblemática verbena de San Isidro. Al otro lado de la M-30, invisible frontera que marca zonas en Madrid, es un barrio familiar, trabajador y seguro, repleto de vida y de locales de ocio, sobre todo restaurantes de corte regional.

Un barrio auténtico y popular. Conserva el sabor de la vida de barrio, con su pequeño comercio de toda la vida y su vecindario amable y dispuesto a ayudar. Aquí encontrarás sentido a la vida hogareña, alejado del bullicio del centro, compartiendo con tus vecinos en un día a día mucho menos impersonal que en las zonas saturadas por el turismo.

Cómo es vivir en Puerta del Ángel. Es tener cerca los dos grandes pulmones de la ciudad. La gran Casa de Campo, con todas sus instalaciones y actividades de ocio, y Madrid Río, el nuevo ordenamiento de la ribera del Manzanares que consta de zonas infantiles, zonas deportivas que incluyen el alquiler de bicicletas, circuitos biosaludables y la organización de un sinfín de actividades tanto deportivas como culturales. Esta cercanía ha supuesto una gran revalorización para el barrio, cuyos vecinos observan ahora cómo crece el interés de los inversores en una zona hasta ahora ignorada.

Es vivir cerca del centro sin estar en el centro. La mencionada frontera de la M-30 separa lo que se considera plenamente Madrid con la “periferia”, pese a lo absurdo de una apreciación que deja fuera la mayor parte de la capital, tanto en extensión como en población. Esta línea divisoria marca también el precio de las viviendas, con lo que encontrarse en la zona menos onerosa, pero realmente a un paso del centro (las comunicaciones son estupendas desde aquí y en menos de 15 minutos se puede estar en Plaza Mayor), es un lujo para todos sus vecinos.

Es vivir en el centro de una nueva eclosión cultural. Durante los últimos años hemos asistido a una traslación del foco de la inquietud cultural del centro a los barrios tradicionales. Éste no se ha quedado atrás en esta revolución.

Un barrio familiar, de gente trabajadora, situado en una zona privilegiada con respecto, tanto a la zona centro, como a los dos grandes parques de la capital.