Palacio

Constituido por las calles que rodean el magnífico Palacio Real, el barrio de Palacio es uno de los más monumentales, bellos y turísticos de la capital. Construido en tiempos de Felipe V, el Palacio Real es uno de los más grandes y magníficos del mundo. La vista de la puesta del sol desde sus hermosos jardines es sin duda una de las primeras que tus nuevos vecinos te llevarán a contemplar.

Un lugar privilegiado. Si exceptuamos el entorno del Palacio Real y la zona de las Cavas, destinos inevitables de todo turista, este barrio se encuentra ligeramente más descongestionado que otros del mismo distrito, compartiendo con ellos todas las grandes ventajas: cercanía, servicios, vida nocturna y cultural, un entorno histórico incomparable… A lo que hay que sumar la abundancia de zonas verdes, con los Jardines de Sabatini como indiscutible joya de la corona.

Cómo es vivir en Palacio. Es vivir y respirar Cultura e Historia. Asomarse a la ventana y ver el Palacio de Oriente, pasear frente al Palacio de la Ópera o recorrer las callejuelas de la Morería o el Madrid de los Austrias es sentir el latido de un pasado monumental. El esplendor de sus muros otorga a esta zona un aura mágica que se acentúa al llegar la noche, cuando de las antiguas paredes parecen surgir personajes de novela. Sus cafés y restaurantes alternan entre la más rabiosa modernidad y el decadente encanto decimonónico.

Es vivir en pleno centro. Cerca de todo, con excelentes comunicaciones y la posibilidad de ir caminando prácticamente a todas partes. Además, sus exuberantes parques proporcionan un merecido refugio frente a la contaminación de la ciudad, algo que es muy difícil de disfrutar otras partes del centro de Madrid. Aprenderás que lo mejor de la capital son las caminatas para recorrerla y, desde aquí, ¡sin duda puedes hacerlo!

Un barrio ideal para los amantes de la arquitectura histórica y la cultura, que buscan rodearse de un cierto encanto bohemio y literario sin abandonar el bienestar ni renunciar a todas las comodidades y servicios, y para aquellos que necesitan encontrarse en el corazón de la vida urbanita sin renunciar a la tranquilidad ni rendirse al inevitable bullicio de las zonas más turísticas. El auténtico Madrid, el que se respira a cada paso, el que no se muestra en los panfletos turísticos, sino que se aprende con el día a día, sin duda vive aquí.